Un límite

Asistimos a una muestra artística, nombramos lo que arte es, lo mostramos a través de una pantalla y de fotografías. Se puede observar aquí la intención de encontrarse, y de acoger a quien no esta seguro en que lugar ubicar su intencionalidad artística, por lo que surge este espacio para desarrollarnos todos, entre todos.

No hay modo de desubicar la Trienal, en lo que a arte latinoamericano se refiere: probablemente saben bien de lo que hablan. Pero no queda claro el intento de acoger al público dentro su seductora muestra. El folleto que explica porqué y cuándo se creo la fundación Trienal de Chile esboza la idea de un diálogo entre el arte y la comunidad social: ¿No será un dialogo entre el imaginario mediático de lo que arte representa, con la comunidad; o bien, un diálogo entre El evento donde el arte importa y la gente que mira desde afuera y que no entiende?

En realidad creo que estos encuentros sirven, como digo, para encontrarse entre quienes hacemos arte, pero por sobre todo entre quienes se conocen en el medio que organiza los eventos. No son ellos gente mala, ni egoísta, ni menos el foco de mi observación, sino más bien son parte de un todo: es difícil concebir un evento de estas características sin que finalmente se enfrasque dentro sus propios límites. Así, como su título lo versa, “Trienal de Chile 2009, Los límites del arte”. El encarcelamiento académico del arte, es muy interesante si podemos adentrarnos en él, pero muy difícil de concebir desde afuera. Quisiera pedir a la fundación si me permite realizar actos de traducción a la comunidad social a ver si se cumple este objetivo.

^* Basado en el artículo I Trienal de Chile 2009: Los Límites del arte del boletín del Consejo nacional de la Cultura y las Artes Creando Chile; Empezó la fiesta Bicentenario, Pág. 11, en conjunto con la experiencia recopilada del día viernes 16 de octubre de 2009 en el zócalo del Consejo nacional de la Cultura y las Artes, plaza Sotomayor, Valparaíso.