“Si
tenemos en cuenta la inmensidad de este universo, este planeta Tierra es apenas
un botecito. Si este bote se está hundiendo entonces creo que todxs nos
hundiremos juntxs.”[1]
Unx siempre podría haber hecho las cosas diferente, siempre algo podría
haber cambiado. Algo que cambiara irremediablemente el destino de nuestras
vidas, direccionandolo hacia otro lugar. Muchas veces pienso que hubiera pasado
si tal o cual cosa no hubiese sucedido, o si hubiera tomado o no, determinada
decisión. Otras, pienso en cambiar deliberadamente mi forma de vivir por otra,
construir otra vez este diseño que parece tener la dirección de nuestra vida,
que nos ayuda a preservar y organizar nuestra existencia en la tierra. ¿A
razón de qué? Y no es que quiera sonar existencialista, sino, mucho más
práctica. Preguntarme en este momento el por qué estamos vivxs y para qué, no
me alienta demasiado, considerando las características tan diversas de
humanidad que tenemos para convivir hoy en día, es imposible aunar un solo
objetivo común. Las maneras de comprenden la historia dejaron de ser
uni-direccionales -es decir, el que una acción, genere por consecuencia otra, y
así- para pasar a ser una multiplicidad, probablemente con el mismo origen,
como vaticinaba Deleuze ( ), en su teoria del rizoma.
Entonces, bajo qué directrices construimos nuestra vida, se convierte en
un misterio. La fuerza ideológica de la ética se vuelve arena movediza; las
construcciones políticas, terrenos pantanosos, los cuales no sabemos si realmente
querer pisar -obviamente no hablamos de un paso firme-, las construcciones
políticas muchas veces redundan en partidos políticos, que en realidad
construyen fuerzas de poder político y/o fuerzas capitales. No es algo que a
muchxs nos haga sentido, ni menos pareciera esto una esperanza para el futuro
de la humanidad.
Imaginemos a su vez, este planeta tierra apocalíptico, cada vez más a
punto de colapsar, debido a nuestro propio accionar desmedido. Los hielos
derritiéndose, las especies extinguiéndose a un ritmo mucho más veloz, los
ciclos naturales alterados, una producción de desperdicios gigante y constante,
el hoyo en la capa de ozono, el cambio climático, la erosión de los suelos, y
las miles de empresas y super-empresas que tienen todo el poder y nada quieren
cambiar.
¿Hay alguna esperanza en semejante discurso? ¿Qué creen que esperan las
personas del futuro? Estos mensajes, que están constantemente repitiéndose en
nuestro oídos y pasando frente a nuestros ojos, no revelan ningún tipo de
esperanza en el futuro, en la humanidad, o en su colectivismo, sino, más bien y
cada vez más, la muerte. Si todxs algún dia, -más temprano que tarde-, vamos a
morir, o peor aún -y de forma comprobada-, nos extinguiremos: todo lo demás, ¿qué
importa?:
¿Qué importa que coma una o mil más de estas
hamburguesas tóxicas, que son más químico que comida realmente, qué no me
alimentan un carajo -lo sé- pero son deliciosas a más no poder?
¿Qué importa que siga inhalando este humo tóxico que
acelera mi muerte, del que soy sumamente adictx, y no puedo vivir sin
consumirlo, diaria u ocasionalmente, que cada día es más caro obtenerlo, que
contamina además a las personas que me rodean, y que en realidad, no me genera
ningún tipo de aporte más que un aire cool, o suspender momentáneamente mi
sensación de ansiedad y/o potenciar mi sentido de pertenencia?
¿Qué importa que sea un jefe déspota, que sepa que las
personas que trabajan para mí, trabajan lo mismo o mucho más que yo, pero ganan
mucho menos de la mitad de lo que yo gano? ¿Qué importa si después llego a
casa, en mi auto, y encuentro todas mis posesiones ahí que puedo disfrutar;
pues el otro que se explota, lo hace para que yo disfrute de esto, y si yo
disfruto de todo esto, agradecida, ese otro, qué importa?
¿Qué importa si mi empresa minera contamina kilómetros
de tierras, consumo rápidamente miles de litros de reserva de aguas
subterráneas, desplazo a la población oriunda del lugar y destruyo miles de
formas de vida animal y humana; si luego aumentaré mis riquezas, podré tener
otros más y mejores negocios, aumentaré mi capital, compraré más cosas, viviré
más comodx y aseguraré mi futuro y el de
mi descendencia?
¿Qué importa que tire, una vez más, esta
botella-colilla-paquete de galletas-papel inservible, al piso, si hay muchos
más por todos lados?
Visualizar el impacto que ha generado la actividad humana, sobre todo la
de estos últimos cien años a raíz del enorme crecimiento de la actividad
industrial, es realmente posible. Existe mucha información dando vuelta:
artículos, noticias en los diarios, documentales, programas de televisión,
libros, etc. la información esta ahí, disponible. Si nos informáramos al
respecto, o si nos dedicáramos mucho más a informarnos al respecto: ¿cambiaría
algo? ¿es que haríamos algo al respecto? ¿qué realmente podemos hacer al
respecto, cuando gran parte de nuestras acciones cotidianas van en favor de
seguir reproduciendo las cosas tal cual están?
El mundo como lo conocemos y la humanidad, se acaba pronto: ¿es qué
acaso importa? Pues realmente, insisto: ¿nos importa?
V.B.G.
Ciertamente creo en que esa es la pregunta clave para orientar la acción. Y la respuesta emerge en la conducta...
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