EN CONVIVENCIA - Segunda y 12/24 [[Seminario "Encuentro, Contagio, Movimiento" dictado por Andrés Molina]]
La manifestación de un suceso profundo
Hay
mil formas de manifestación del movimiento. El movimiento de mi
cuerpo y el movimiento de mi mente, uno y otro sucediéndose de
manera continua. El movimiento del conjunto de las personas que veo
en la calle y el que me encuentra en otros lugares más íntimos. El
movimiento de los objetos que toman vida a través de la interacción
con alguna energía (humana, eléctrica). El movimiento del
inframundo corporal: todas las células que están ahí
transformándose, la sangre recorriendo el cuerpo una y otra vez, los
alimentos pasando por diferentes procesos, cosas que quedan y cosas
que se van y se encuentran otra vez con el movimiento: el agua que
transporta nuestras porquerías lejos de allí, a un lugar donde no
las veremos más. El movimiento del animal con que vivo, que existe
ahí y se mueve por sus propias motivaciones, diferentes a las mías.
El movimiento del reloj que avanza hacia un lugar que desconozco,
pero que me modifica. Indefectiblemente hay algo allí que sucede.
Todo se mueve constantemente y es mucho más grande de lo que tengo
conciencia. Me gustaría saber por qué las cosas nunca colapsan ante
tanto movimiento y cómo es que pueden moverse tantas cosas a la vez.
Y también quisiera saber qué sucede con el tiempo, por qué es que
las cosas se siguen moviendo y nunca se colapsan; o si es que se
estrellan, nunca se terminan; o si mueren, algo en ellas vuelve a
prosperar. O sea, siempre existe el movimiento y la muerte es solo
una cosa momentánea que entendemos lxs humanxs como la morfología
de nuestra desaparición. Pero para el movimiento, no estamos muertxs
ni desaparecidxs, seguimos allí, yendo hacia el siguiente
movimiento.
¿Qué
es lo que sucede cuando cedo al vicio de hacer lo que yo quiero? El
vicio de mi lugar cómodo.
Laburo
con la flojera y con el cansancio. Con la resistencia a que la
información entre. Anulo la mente, callo esa incesante y viciada
voz; voy dejando lugar a que aparezca el cuerpo y su esplendor. Tengo
la sensación de que el cuerpo es como una masa de moléculas que van
ahí todas juntas modificando el estado real de las cosas. Cuando la
mente se deja vencer, al viciado cuerpo se le permite ser. La mente
participa en un segundo plano y no tiene mayor capacidad de decisión.
Pareciera como si ese “pensamiento corporal” le otorgase un
significado mucho más profundo al movimiento que aquel que se
produce cuando la mente se puso a codificar primero. Es la
manifestación de un suceso profundo que a veces resulta difícil
desarrollar en argumentos.
Hay
allí un trabajo de “estado” que parece tener que ver con lo
“real” con “algo que aquí sucedió” y que fue captado por
alguien más que yo. Hay un estado de concentración en ese momento
hacia esa sola dirección e intención.
Cierro
los ojos: me veo dentro de un nuevo mundo en el soy muy vulnerable.
Algo de entregarse y olvidarse de quién soy, y quiénes somos,
permite dar forma a esta nueva dimensión.
Veo
la instrucción funcionar en nosotrxs. Veo eso nuevo que emerge en
mí, cuando se impide el surgimiento del vicio. Observo cómo es que
el cuerpo va haciendo las distinciones. Algo sucede, se está
modificando y tomando conciencia. Es una transformación que va un
poco más allá de lo físico, que se combina en la relación entre
mente, cuerpo e instinto.
¿El
otro es el que me está viendo o soy yo la que me veo como si me
estuviera viendo? El vicio de ser vista, de sentirse vista, de
pertenecer a/con otrx. Por momentos tu movimiento me vicia, por otros
quisiera ser tu vicio. Te acercas y yo me alejo ¿o es acaso mi
imaginación viciada? Eso que me gusta, pronto me disgusta.
Me
hago preguntas por aquello performativo, por el mecanismo social que
opera en nuestrxs cuerpos, que antecede este aquí y ahora y que
cosifica eso que somos. ¿Quién eres? ¿Cómo es que vives tu
identidad de género? ¿Te acomoda o te incomoda? Y ¿Cómo
hago para sobrevivir a la insoportable idea de un posible contacto
con tu genitalidad cuando sé que recién nos conocemos? ¿Existe la
profesionalidad del que danza contacto?
Distinguir
y nombrar si somos ellas, ellos, elles o ellxs. El reflejo de algo
que se está transformando y aún no toma una forma definida. Me
pregunto quiénes se lo estarán preguntando y quiénes no.
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Texto escrito para la Convivencia Segunda Cuadernos de Danza y Festival 12/24 realizado durante los meses de junio, julio y agosto de 2017 en Fabrica Peru, Buenos Aires, CABA.
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