Dos
propuestas de pequeño formato en la caja negra de Matucana
100. Dos obras que forman parte del ciclo “Solos o Acompañados”
que trajó el mes de septiembre el Centro Cultural de Quinta Normal.
Une coreógrafe emergente, une de trayectoria. Alba, de Camila Mora
y Álvaro Pizarro, y Fónico de Rodrigo Chaverini. En un principio la
idea era escribir sobre ambas obras en conjunto, entrelazandolas y
estableciendo diálogos, pero la tarea se hizo ardua al punto que
desistí y surgió un ejercicio particular para cada una. La
comparación apareció en el intento, dejando el comentario en el
plano del juicio de valor; qué es mejor o peor la verdad no es
importante, sino más bien qué nos dan a pensar lo que encontramos
en escena.
Convergencias:
Un comentario sobre Alba
Alba es un ejercicio coreográfico en el cual dos intérpretes se
hacen preguntas sobre el vinculo a través del movimiento e intentan
responderlas a través de su auto-interpelación. Están
constantemente encontrándose entre elles en la escena, confrontando
el impacto de la relación.
Esto se vuelve más intenso gracias a la caja negra,
el lugar donde la obra se lleva a cabo, un espacio escénico cúbico
y pequeño totalmente negro.
En
este encuentro, en esta relación, surgen preguntas kinéticas:
¿quién emerge rápido y fuerte? ¿cómo es esa rapidez? Las cuales
me evocan al género: ¿es el varón el rápido, el fuerte? ¿o es la
mujer? En esta puesta parece que las respuestas intentan desdoblar el
género, al dibujar la posibilidad de remarcar la particularidad de
esos cuerpos en donde la diferencia no se acoge precisamente al
esteriotipo de género. La mujer es muchas veces el sostén, la
rápida, la fuerte y el desborde. El varón, la lentitud, el que es
portado y también el movimiento tónico y controlado.
La
obra parece deternerse en estas particularidades, la singularidad de
les intérpretes parece ser la particularidad de la obra. Y en este
puzzle para armar no existe un canon establecido, sino una evidencia
de que cada individue es único, y que explorarlo y enseñarlo en
escena es una potencia y una posibilidad de establecer un diálogo
exclusivamente kinético entre la obra y les espectadores.
Con
una coreografía se le da uso al Contact en escena -una estrategia
compositiva que abre muchas preguntas respecto del vínculo-relación
entre les intérpretes, no solo a partir del género, sino también
sobre todo el universo de sutilezas que se van apareciendo en torno a
los vínculos entre dos personas.
Estoy
hablando mucho más allá de que los vínculos románticos, aun
cuando la lectura de esa latencia se haga probable entre dos personas
que están cerca una de la otra y se tocan de una forma que solo es
cotidiana para quienes practicamos danza. Una chica y un chico. Esto
último -en terminos conceptuales- responde a la agencia de la obra,
es decir, a las consecuencias que genera con su interpelación a
partir de su accionar mediado por un universo de normas sociales e
identitarias.
El
carácter de la mirada, la respiración. Une observa a le otre
mientras le otre se mueve en toda su capacidad de despliegue. La
necesidad de mostrar-se de une, el espacio que le otre le posibilita
para lo haga. La mirada de une hacia le otre mientras este se mueve.
Si escribimos con un lenguaje inclusivo: ¿quién es quien en este
ejercicio? ¿existe el rol mediado por el género? La animalidad
encarnada en ese cuerpo humane: atravesamos el género más allá
para ser seres corporales con una capacidad motora que encarna una
fisicalidad. Cuando aparece la mirada ¿aparece lo humano?
Alba
es un archivo que recoge las perspectivas sobre el vínculo-relación
entre estes intérpretes. Las preguntas que produce no necesitan ser
respondidas en su totalidad y esta merecida densidad es la riqueza
que no olvido de la obra. Una propuesta que podría hacer el intento
de profundizar en torno a cuál es esa particuliaridad que la hace
ninguna otra obra, y que a su vez con esa misma particularidad, la
hace reflejo y modelo de todas las otras que no están allí. El
porqué es necesario Alba en una contemporaneidad donde los vínculos
quedan subsumidos al apogeo de la proyección performática de la
virtualidad, donde el cuerpo insiste en algo que es otra cosa. En
aquello donde la danza contemporánea se convierte en un vastión de
resistencia a estos insipidos tiempos modernos.
Comentario
escrito a partir de la asistencia a la función del 1 de septiembre
de 2018 de Alba en el Centro Cultural Matucana
100. Ciclo Solos o
Acompañados.
Ficha
Técnica: Idea
e interpretación : Camila Mora y Alavaro Pizarro // Duración : 25
minutos // Diseño sonoro : Diego Elgueta // Proyección : Carolina
Sandoval.
P.H.
Jorge Nogales.
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