Dos propuestas de pequeño formato en la caja negra de Matucana 100. Dos obras que forman parte del ciclo “Solos o Acompañados” que trajó el mes de septiembre el Centro Cultural de Quinta Normal. Une coreógrafe emergente, une de trayectoria. Alba, de Camila Mora y Álvaro Pizarro, y Fónico de Rodrigo Chaverini. En un principio la idea era escribir sobre ambas obras en conjunto, entrelazandolas y estableciendo diálogos, pero la tarea se hizo ardua al punto que desistí y surgió un ejercicio particular para cada una. La comparación apareció en el intento, dejando el comentario en el plano del juicio de valor; qué es mejor o peor la verdad no es importante, sino más bien qué nos dan a pensar lo que encontramos en escena.
La presencia del tiempo. Un ejercicio sobre Fónico
“(...)
aquello desde donde
el Dasein comprende e interpreta implícitamente
eso
que llamamos el ser, es el
tiempo.”1
¿Por qué instalar algo ahí (en escena) tanto tiempo?
La danza se construye a partir de imágenes que se instalan para
producir significado y su duración es un factor fundamental en la
lectura que hacemos. Muchas veces más que otros recursos que creemos
importantes. En el tiempo se construye el vínculo, la relación
entre los cuerpos. A través del tiempo podemos comprender qué nos
ha sucedido y cómo nos sentimos al respecto. Con el tiempo, podemos
ver la huella que deja en nuestros cuerpos las experiencias vividas.
Los procesos solo pueden ser vividos con tiempo.
El
Dasein de Martin Heidegger es, en pocas palabras el ser en el
mundo que desde el punto de vista del filósofo, se comprende a
través del tiempo o en él. La única evidencia del Dasein del
cuerpo que danza es la interpretación de él.
Un
cuerpo que produce sonidos: el aliento, la circulación de la
respiración y la voz que hiperventilan el cuerpo por la acumulación.
El sonido de la voz retumba en el espacio y me da la sensación que
puedo percibir el volumen del lugar. La acumulación crea una línea
de tiempo. El sonido vive en el tiempo y le da vida al tiempo.
La
voz es la evidencia de lo vivo. El hálito vital, la respiración, la
energía de vivir. La vibración entrega una noción del volumen que
ocupa ese cuerpo. ¿Será la voz un medio de establecer comunicación
entre la conciencia y el mundo?
El
humo se expande a través del espacio. Pasan los minutos y sigue ahí,
persistiendo y expandiendosé. Es como el Universo que, como dice
Sthepen Hawking (1988)2,
se está expandiendo. El tiempo nace al momento del big bang cuando,
de ser una pequeña particula, el Universo comienza a existir a
través de su constante expansión. El humo en algún momento
desaparece sin dejar huella aparente. ¿Será este el destino
indefectible de nuestro Universo?
Comentario
escrito a partir de la asistencia a la función del 1 de septiembre
de 2018 de Fónico en el
Centro Cultural Matucana 100. Ciclo
Solos o Acompañados.
Ficha
Técnica: Interpretación
y dirección: Rodrigo Chaverini // Diseño de iluminación: Álvaro
Castillo // Entrenamiento vocal: Silvia Vivanco y Emiliana Abril. La
Licuadora.
-
P.H.
Jorge Nogales
1Heidegger,
M. (s.f.) Ser y tiempo. Recuperado de:
http://www.afoiceeomartelo.com.br/posfsa/Autores/Heidegger,%20Martin/Heidegger%20-%20Ser%20y%20tiempo.pdf
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