Dos sujetos en una bolsa: un comentario para “The house that Jack built”



         Después de ver la última película de Lars Von Trier me preguntó: ¿Hasta cuándo hacen pelis en las que hombres matan a mujeres? En las que las mujeres parecen tan estúpidas, que se dejan engañar por estos hombres. En las que ser humano significa jugar al juego del poder: el más inteligente o más poderoso físicamente sobrevivirá en este absurdo mundo cruel. 
 
No hay justicia ¿verdad? En efecto, la vida y la ficción son y pueden ser, una vorágine de sin sentido, que parece sostenerse desde el control, pero que en realidad es el licuado de miles de voluntades uniéndas tomando la forma del caos. Las Von Trier nos recuerda esto. Y, una vez más viendo sus películas -ha sabiendas de lo extremo, pero en el fondo esperanzada de que no lo sea tanto- en plena ruta de dos horas y media me encuentro con el tipo que asesina mujeres: ¿será un detalle menor en el argumento?1 me pregunto. 
 
La escena sigue así: un psicópata matando mujeres en apariencia necias, al nivel de entregar sus cuerpos y seguridades a otro necio, y yo preguntándome: ¿por qué la sigo viendo? ¿Por qué no freno ahora si esto que me está haciendo -moral y emocionalmente- mal? ¿O es que no me hace tan mal? Al fin y al cabo es ficción. Es Lars Von Trier. El gran cineasta Lars Von Trier. Por eso, en nombre de un gran cineasta, debo fumarme otra vez en el cine a un femicida, que además, no deja luces de inteligencia. Es más, como muchos psicópatas de película es una criatura -o caricatura- a la que nunca abrazaron, amaron ni dedicaron el menor gesto de simpatía o compasión. No: más bien es un ser degradado por la sociedad que lo único que busca, hasta el cansancio, es su propia destrucción, y por lo tanto, desvanescencia.
 
No podría decir que el gesto de Lars Von Trier en esta película lo convierta en machista, no creo que sea así de simple, ni tampoco tan complejo. Pero si es -otra vez- un gesto que reproduce una norma en la que somos la carne débil del ganado, el último eslabón de la cadena de sobrevivencia, la palabra inútil -que no produce efectos-, la inocencia y la ingenuidad que lo justifica todo por migajas de amor. 
 
Esto es lo que realmente me molesta de Lars: que dentro de toda la montaña grandiosa de contenido y simbolismo, exista este montón de clichés básicos y pasados de moda, que conducen al femicidio y que dañan moral y emocionalmente a muchas personas. ¿O es que es esa la ironía de la historia y yo no entendí? 
 
Debajo de un sujeto que ha sido bien educado, que tiene conocimiento sobre diversos temas, produce elegantes conclusiones y metáforas sobre la existencia, con autoconciencia de su condición psicótica; hay alguien capaz de asesinar, manipular y torturar. ¿Es este el perfil de un femicida? Realmente no lo sé, pero si es cierto que cualquier abusador puede ser perfectamente un buen ciudadano, buen padre o profesional y ejercer esa violencia.
 
¿O es que estamos en presencia de una catarsis Larsiana? En la que, como dice López (2018), el director exhibe sus meticulosos hábitos creativos, pero poniéndolos justamente sobre el carácter de un psicópata femicida. Lars podría refutar que en sus otras pelis las mujeres son protagonistas empoderadas y complejas, desarrollando historias en las que nadie les ha dado ese rol antes. 
 
Pero ¿Saben qué? Hoy estoy de los pelos y no me importa. Prefiero mil veces esa peli de Tarantino donde las pibas realmente le dan su merecido al femicida (2007). De todas las más o menos doscientas películas que he visto en los últimos años, solo esa -y una más que no recuerdo el nombre- tienen ese hermoso final y ahí es donde veo el problema: que seguimos instalando ese desgarrador imaginario donde las mujeres mueren y no pueden hacer nada para evitarlo. 
 
Las películas: ¿Sólo reflejan la realidad o también la construyen? En tanto se repite, repite y repite esta cuestión de la debilidad=mujer, más parece subsistir esa idea en el imaginario y más difícil se vuelve modificarla. Lars: ¿Será que te haz puesto al servicio de quienes quieren frenar nuestro empoderamiento? Da la impresión de que ésta película es una más en la lista de las películas de hombres para hombres hechas por hombres. A diferencia de Dogville (2003), una peli que te descona la cabeza hablando de filosofía, moral y ética, donde la protagonista es una mujer que padece -también por la condición de serlo- que tiene voz, inflexión, búsqueda, deseos. Es tigre y cordero a la vez como todes.
 
El caso es que The house that Jack Built es una muy buena película, tanto términos técnicos, como artísticos. La narración sigue la identidad Larsiana: te enreda, pero nunca al punto desorientar la cronología de los sucesos. La historia es original, excepto por lo que vengo desarrollando a modo de crítica. Los elementos descritos dentro de la peli, se desenvuelven acordes a la intensidad e importancia con la que son planteados. Las actuaciones son excelentes. La fotografía va acompasada al uso de las cámaras y a la época en la que está ambientada. Pero finalmente extrañamos un cierre novedoso, alentador, en el que se escuche la canción de fondo en la que el coro versa: “Ante la duda, tu la viuda”.


The house that Jack built. Ficha técnica:
Año: 2018 // Duración: 155 minutos // Dirección y guión: Lars Von Trier // Producción: Louise Vesth, Jonas Bagger, Piv Bernth // Música: Victor Reyes // Fotografía: Manuel Alberto Claro // Montaje: Molly Malene Stensgaard //Protagonistas: Matt Dillon, Bruno Ganz, Uma Thurman, Siobhan Fallon Hogan, Sofie Gråbøl, Riley Keough, Jeremy Davies.
 

1La critica de la película en el sitio Espinof dice: “La trama del filme, en la que seguimos cinco eventos elegidos de forma aleatoria dentro de la trayectoria criminal de Jack, queda relegada a un segundo término a favor de un complejo discurso, vertido a través de dos sobrecogedoras horas y media en las que el realizador abre en canal su pecho y nos invita a explorar junto a él el tortuoso proceso creativo y personal por el que pasa cada vez que firma un nuevo largo y comienza a gestar el siguiente.” Lopez, V. (2018) 'The House That Jack Built': Lars Von Trier desnuda su alma en un nauseabundo y magistral autorretrato. Recuperado el 16 de enero de 2019, de https://www.espinof.com/criticas/the-house-that-jack-built-lars-von-trier-desnuda-su-alma-nauseabundo-magistral-autorretrato

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