De repente, pasa que no te importan las noticias, no te importa si
gano la U, si bachelet vale mierda, si los empresarios nos siguen
cagando, si se incendio San Diego, si alcancé a ver la teleserie del
almuerzo.
De repente... ya no te importa qué ver, no te importa
escuchar, no importa que te miren la cara de mierda que traes. No te
importa si no has podido comer, si quieres ir al baño, si no has
podido dormir.
DE repente, te diste cuenta que estabas preocupada de puras weas, que lo que le dijiste o sentiste no importaba porque había algo mayor, mucho más grande que ese sentimiento. DE repente, hay minutos que nos cuestan la vida y si logramos sobrevivir, vale decir sigamos viviendo.
De repente... te sientes sola, aún cuando haya gente a tu alrededor.
De repente quieres que alguien solo te abrace y te haga sentir su
importancia en él, en ella. De repente, todos tienen a alguien a
quien recurrir, y tu tienes que estar ahí, para todos un poco.
De
repente, te conviertes en aquella que siempre sospechaste ser y debes
hacer que eso valga la pena.
De repente... tu ego tiene que
descender, a las profundidades, quedar olvidado, subsumido... pero a
la vez, ese mismo ego es el que te hace volver loca, el que te
desespera, el que no comprende.
De repente, sientes que te caes a pedazos y al segundo te vuelves a
parar como si fueras la más fuerte de todas. De repente, tienes que
mirar caras que amas, con cara de amor, de más amor que aquel que te
tienes a ti misma. De repente y a su vez, tienes que recordar que
para amarlos tienes que amarte a ti misma, y por eso debes comer, ir
al baño, dormir, si es que lo consigues; y comprender hasta lo
incomprensible.
De repente, toda tu voluntad no vale, sino más bien, la de dios, por
decir algo, porqué no creo en dios. De repente, quisiéramos creer,
o que algún creer, de verdad valiera la pena. Porque de repente,
nuestra fuerza de voluntad no vale nada, nuestra humanidad no vale
nada, y estamos ahí, dejados, a la buena, a la mala, a la dura, a la
madura.
De repente... es como el Aleph, todo se vuelve blanco, todo lo
anterior parece un borrador, y a la página siguiente comienza la
verdad, lo real. O es como si se acabara una parte y empezaras de
nuevo, de cero, con esto que te toca vivir.
De repente lloras. De repente ríes. De repente olvidas. De repente
todo el pasado y el futuro se te viene encima: la imaginación es
fuerte y te pisotea.
De repente, no hay nada más que hacer que
esperar. Pero ¿entremedio? ¿qué pasa entremedio? Entremedio dudas. De todo. De todos. De qué cresta significa
incondicionalidad. De qué es lo que está haciendo la gente a tu
lado que ni te mira. De lo mal que trataste a esa persona ayer. De lo
bien que podríamos tratarnos todes. De que los amigos no son los
amigos. De hablar o no hablar. De reír o llorar. De caminar o
quedarte sentada o dormir o comer o fumar o ahogarse.
P.H. Lyn.
Comentarios
Publicar un comentario
ver, leer, comentar, difundir, criticar, observar, contribuir