La ingesta de la ficción heterosexual

Una reflexión sobre la fascinante lectura de Testo Yonqui de Paul Preciado.

Testo Yonqui dice que la organización fármaco política de la sociedad está fundamentada principalmente en criterios heterosexuales. Mientras más leo, más reafirmo que las estructuras de los vínculos sexo-afectivos también están enquistadas en criterios binarios que son ficciones creadas cultural y socialmente.

Es un teatro, como diría Judith Butler.

Preciado arremete contra el sistema de sexualización -primordialmente heterosexual- y parece dar con un clavo que, al aflojarse, podríamos desajustar ese sistema binario y desbaratar el género como forma que nos define o como un fin sí mismo.

Desbaratar la función biopolítica del género o al menos, conseguir habitar en un intersticio crítico y alerta a ese sistema que -como señala Preciado- no sólo nos determina de manera institucional, sino que ingresa dentro de nuestros cuerpos a través de la ingesta farmacológica.

“Por definición, el cuerpo femenino nunca es completamente normal fuera de las técnicas que hacen de él un cuerpo social.” P. 151

 

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